martes, 11 de mayo de 2010

Cripta dei Capuccini en Santa Maria della Concezione (Roma)



En la eterna ciudad de Roma, concretamente en la vía Véneto nº 27, a pocos pasos de la plaza Barberini y junto a la embajada de los Estados Unidos, encontramos la iglesia de Santa Maria della Concezione dei Cappuccini.

Fue hecha construir entre 1626 y 1631 por el Papa Urbano VIII, cuyo hermano, Antonio Marcello Barberini fue fraile capuchino. Este Papa, famoso por juzgar a Galileo Galilei durante su pontificado, destacó especialmente por su nepotismo: nombró cardenal, a los pocos días de ser elegido Papa, a su sobrino Francesco Barberini, poniéndolo al frente de la Biblioteca Vaticana; a su también sobrino Antonio Barberini lo hizo igualmente cardenal nombrándolo camarlengo y comandante en jefe de las tropas pontificias; un tercer sobrino, Tadeo Barberini, también alcanzó el cardenalato y fue nombrado prefecto de Roma y general de las tropas papales. Por último, a su hermano Antonio Marcello tras nombrarlo cardenal lo hizo Gran Penitenciario.

Este comportamiento hizo sentenciar al pueblo romano: "Quod non fecerunt barbari, fecerunt Barberini" (Lo que no hicieron los bárbaros, lo hicieron los Barberini).

El cardenal Antonio Marcello Barberini ordenó en 1631 que se trasladaran a esta iglesia los restos mortales de los frailes hasta entonces enterrados en la fosa común del cementerio de la Orden, que por entonces se encontraba en la Iglesia di Santa Croce e Bonaventura dei Lucchesi, que en el siglo XVI fue un monasterio capuchino, aunque a estas alturas ya ha pasado por varias órdenes y reconstrucciones.

Iglesia di Santa Croce e Bonaventura dei Lucchesi
Vía

En el traslado, los huesos se fueron colocando en las paredes de su nueva localización de forma artística y formando curiosas decoraciones. En esta misma cripta se siguió enterrando a los difuntos de la Orden y a los romanos sin recursos.

El osario contiene los restos de alrededor de 4.000 frailes enterrados entre 1528 y 1870, época en la que todavía estaba permitida la sepultura de restos humanos dentro de las iglesias. Éste consta de un largo pasillo dividido en seis criptas:
  • Cripta della resurrezione (cripta de la resurrección):


    En la pared del fondo, diferentes partes de esqueletos humanos forman la estructura que enmarca un cuadro de Jesús resucitando a Lázaro.

  • Capella per la messa (capilla de la misa):

    Es el único ambiente en el que no se ven huesos, ya que es un espacio destinado para la celebración de la misa de difuntos.


    En el altar, María con el niño parece invitar a San Félix da Cantalice y a San Francisco de Asís a la izquierda, y a San Antonio de Padua y a un ángel a la derecha a liberar a las almas de las llamas del Purgatorio.

    En la pared izquierda se ha conservado el corazón de la sobrina-nieta de Sixto V, Maria Felice Peretti, muerta en 1656 y considerada madre de los Capuchinos.


  • Cripta dei teschi (cripta de las calaveras):


    En el tímpano del nicho central encontramos una clepsidra o reloj alado realizado con omóplatos humanos: "el tiempo no solo pasa sino que vuela". Debajo de él hay tres capuchinos de pie.

    La pared lateral contiene dos frailes tumbados dentro de arcosolios.

    En el centro tres vistosos elementos decorativos, entre los que destaca la esfera con decoración de flores.

  • Cripta dei baccini (cripta de las caderas):


    En la pared lateral dos capuchinos yacen bajo sendos arcosolios.

    La pared del fondo muestra tres capuchinos cabizbajos avanzando bajo un baldaquino.

    Monje-momia capuchino con su hábito

    La decoración termina con los símbolos de la Pasión de Cristo: la lanza y la esponja.

  • Cripta delle tibie e dei femori (cripta de las tibias y fémures.):


    En la pared del fondo encontramos una rica composición: en lo alto de la pared, una cruz dentro de un círculo; debajo, el emblema franciscano: el brazo desnudo de Cristo y el vestido de San Francisco de Asís, sublimado por una corona.

    El emblema franciscano

    Diseminadas por el suelo, dieciocho cruces que marcan otras tantas sepulturas.

    La pared lateral presenta cuatro nichos con los capuchinos de pie y vestidos con el hábito.

    La luz a lo largo de las estancias es muy ténue potenciando la atmósfera


  • Cripta dei tre scheletri (cripta de los tres esqueletos)


    Los dos pequeños esqueletos de la familia Barberini (supuestamente biznietos del Papa Urbano VIII) sobre la pared del fondo sostienen con una mano sendas clepsidras.



    En el centro del techo, se impone un sutil esqueleto: la princesa Barberini, que se encuentra dentro de un óvalo con forma de almendra, símbolo de la vida naciente, y que sostiene en la mano derecha una guadaña (personificación de la muerte) y con la otra una balanza (representación de la Justicia Divina).


  • Asimismo, en el pasillo podemos encontrar estrellas de cinco puntas rodeando una gran estrella de ocho puntas, símbolo de que la iglesia está consagrada a la Virgen, estrella de la mañana (ésta es la primera iglesia dedicada a la Inmaculada Concepción), de la que cuelga una lámpara.


    La lámpara ósea

    También se puede observar un reloj con una manecilla única que simboliza la continuación de la vida tras la muerte en la eternidad...


    ... y una calavera alada, que representa la ascensión del alma al cielo tras la muerte.


    La calavera alada, símbolo de la ascensión del alma

Varios personajes famosos han visitado esta cripta tan poco conocida y han expresado sus impresiones al respecto: el Marqués de Sade la visitó en 1775 y escribió “Nunca he visitado nada más asombroso”(Voyage d'Italie, pag. 106 de la edición de Maurice Lever); Mark Twain la contempló en 1867, y empieza el capítulo XXVIII de “The Innocents Abroad”, su libro de viajes, con cinco páginas que reflejan sus observaciones; Nathaniel Hawthorne describe la cripta en su novela “El Fauno de Marmol”; otras impresiones acerca de ella aparecen en obras de Tom Weil (1992), Folke Henschen (1965) y Anneli Rufus (1999).

Un detalle curioso es que la tierra que recubre el pavimento de las salas está traída de Tierra Santa. El hecho de esparcir un pedazo de Tierra Santa en los cementerios es bastante común a la hora de santificar un camposanto. El osario de Sedlek, del que se dice se basó en esta cripta capuchina, se santificó de la misma manera. La leyenda dice que es esta tierra la que conserva los huesos, aunque en realidad éstos fueron tratados, cosa que les ha permitido sobrevivir al paso tiempo.

Esta capilla dio origen a un periodo de culto a los difuntos, en el que grandes maestros espirituales meditaban y predicaban con una calavera en la mano para mover a la piedad y la reflexión sobre algo tan natural para la vida y tan trascendente para los cristianos como es la muerte.

No hay mejor ejemplo para ilustrar este pensamiento que la placa que se puede leer en una de las criptas, Memento Mori que reza lo siguiente en tres idiomas: “Quello che voi siete noi eravamo; quello che noi siamo voi sarete...” (aquello que vosotros sois, nosotros éramos; aquello que nosotros somos, vosotros seréis).


Se podría pensar que la creación de este tipo de osarios “artísticos” puede atentar contra el respeto por los difuntos, pero no hay que olvidar que según la filosofía de los capuchinos, el cuerpo humano no es nada más que el contenedor del alma, por lo que tras la muerte no tiene ninguna importancia, ya que ésta ya lo ha abandonado, lo cual licita a utilizarlos con fines estéticos. De ahí que en la iglesia, sobre la tumba de Antonio Barberini, se pueda leer la inscripción: “Hic jacet pulvis, cinis et nihil” (Aquí yace polvo, cenizas y nada más). Además, la intención de los capuchinos con esta decoración era reflejar la máxima belleza con el material más pobre y menos costoso.


Por último comentar que está prohibido hacer fotos en su interior, que añadido a la escasa luz reinante, hace que la calidad y cantidad de nuestras instantáneas furtivas deje mucho que desear.


Cripta dei Capuccini:
Dirección: Vía Vittorio Veneto, 27 - Roma.
A la cripta se accede por la derecha de la escalera de la iglesia, en el primer rellano.
Horario: 9.00-12.00 y 15.00-18.00. Cerrada los jueves.
Entrada: donativo obligatorio.
Prohibición de hacer fotos.

Enlaces:
Web oficial (caída en el momento de publicar esta entrada).
S. Maria della Concezione en www.romaspqr.it (italiano).
Cripta dei Cappuccini en www.romaspqr.it (italiano).
Videos (1, 2, 3) "furtivos" en Youtube.com

12 comentarios:

  1. No dejáis de sorprendernos con vuestras entradas,compartiendo un ingente trabajo de documentación y "arriesgando"para obtener imágenes de gran interés.Sois increíbles.

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  2. ¿Eso lo decís por el salto de tapia o por la apertura de verjas? ;)

    Muchas gracias por vuestros comentarios.

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  3. Nos descubrís algo que no vimos en nuestra nisita a Roma(en 1991)...no imaginábamos tales proezas para conseguir esta entrada...tal vez para las próximas sí,pues,arropando a Lilith,lo hemos compartido.
    La documentación que aportáis para apoyar las imágenes es,siempre en todas vuestras entradas,merecedora de elogio,pues debe ser fruto de un gran trabajo de búsqueda y,que lo queráis compartir...es para estimaros.

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  4. Una entrada muy interesante, desde luego cuando vaya a Roma le haré un hueco! Muy buenos estos reportajes de investigación en el límite de lo permitido! ;)

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  5. ¡Vaya lugar! buenas fotos acompañando al texto, siempre tan bien elaborado, hoy no voy a mirar todos los enlaces, mañana será otro día que ahora ya es tarde. ¿Hubo riesgo a la hora de capturar alguna foto? ;-)))))) aunque ya se que para ti eso es pan comido:-)
    Besos a ambos.

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  6. Realmente consiguen su objetivo, "reflejar la máxima belleza con el material más pobre y menos costoso".

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  7. Estábamos dando un paseo y descubrimos tu blog. Después de un minucioso estudio, STULTIFER te otorga el prestigioso galardón al MEJOR BLOG DEL DÍA correspondiente al sábado 14 de mayo de 2010 en No sin mi cámara por los contenidos y matices. Visitanos y comenta con nosotros. Saludos cordiales.
    Vamos, que nos ha gustado mucho y hemos querido acercarnos a ti.
    Puedes colgar el Premio voluntariamente en tu blog.
    Ya formas parte de la Orden del Stultifer de Oro.
    Y si tienes una escalera, mándanosla a edusiete@gmail.com y la publicamos inventándonos una historia.

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  8. He tenido la ocasion de visitarla en dos ocasiones(como podeis ver soy reincidente) y la verdad es que es un lugar muy peculiar aunque creo que lo mas siniestro es el capuchino de la puerta que te pide la voluntad.Me compre unas postales del lugar....aunque luego me pregunte a quien diablos se la iba a enviar
    Saludos

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  9. Al final nos sacaréis los colores con vuestros comentarios... aunque siempre son un aliciente para seguir adelante.

    Mar-Giverny: Respecto a riesgos, el único, como bien comenta Juanjo, es la "capuchina" de la entrada que no quita ojo por si algún insensato saca una cámara.

    Stultifer: Te estamos muy agradecidos por el galardón. Esteremos atentos a las escaleras.

    Juanjo: Siempre te las puedes autoenviar... No creo que en correos vean muchas así.

    ¡Saludos a todos!

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  10. Mira que he estado dos veces en Roma y esto no lo he visto. ¿Pero como os enteráis de estas maravillas que no vienen en las guías turísticas? La próxima vez que haga un viaje me pondré en contacto antes contigo.
    Un abrazo grande

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  11. Hola!
    Un gran trabajo de documentación y una buena colección de fotos.
    Creo haber visto algo ( de refilón) en un programa de Iker Jiménez sobre este lugar desde luego con todos los datos que aportáis casi no hay que hacer más que ir a visitarlo si hay la oportunidad.
    Un abrazo.

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  12. Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
    Juanjo, no te las autoenvíes. ¡Envíanoslas a nosotros! :)
    JFL, en nuestra guía si venía, pero la verdad es que en todos nuestros viajes buscamos algo que se salga del "circuito"
    El Fotógrafo, si vas a Roma, es visita obligada ahora que sabes que existe.

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